Hay plazas que se definen por los edificios que la rodean, por su trazado, sus monumenntos o su historia. La plaza Once se define por su gente.
Me llamó la atención la cantidad de gente sola, que se detiene a descansar un rato durante una tarde soleada de domingo.
Esta imagen muestra a una mujer, probablemente boliviana, o peruana, o tal vez procedente de nuestra norteña provincia de Jujuy. Sentadita, sola con sus pensamientos, Mientras la dibujaba, volvió la mirada hacia mi, como presintiendo mi intención. Desarraigo y soledad leí en su rostro.
El pastor evangelista, micrófono, parlante y biblia en mano, emite su mensaje de salvación eterna, tan solitario como los potenciales feligreses, a quienes está dirigido.
Vagabundos con sus bolsas a cuestas, jóvenes con mochila, gente de paso que se detiene, como sin rumbo.
(Técnica: Aguadas de acuarela y fibras, en block de dibujo A5)
buenos apuntes Isabel, lindo detenerse en las gentes, el paisaje humano es riquisimo en matices.
ResponderEliminarComparto lo dicho por Alex. El paisaje humano de un lugar de Buenos Aires que refleja la crisis en que vive nuestro país y toda Latinoamérica, la inmigración, los desarraigados y las esperanzas frustradas. Fiel a tu estilo, Isabel.
ResponderEliminarA Alex y a Fernando, muchas gracias por haber visitado mi blog y por sus apreciaciones.
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